Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuarioPara más información Política de cookies. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Permitir cookies” o configurarlas o rechazar su uso clicando "Configurar cookies".
Las cookies estrictamente necesarias son aquellas de carácter técnico, que deben estar siempre activadas para que la web funcione correctamente, así como para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Esta web utiliza Google Analitycs para recopilar información anónima que nos permita medir, por ejemplo, el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares. Activando estas cookies, nos ayudarás a continuar mejorando nuestra web en base los intereses de nuestros usuarios.
Volver al Menú
9 abr 2021
No he participado directamente en el análisis, ese importante trabajo lo han realizado los estupendos técnicos municipales. He participado en la Mesa del Árbol convocada inmediatamente después, lo que honra a la concejalía.El 1 de febrero escribí un artículo para El País, “¿Es el hombre un Filomeno para el árbol?” donde el propio título lo dice todo. Si Filomena nos ha quitado un 5% de la masa foliar que es la que filtra la contaminación, aporta oxígeno y ofrece esa larga lista de beneficios ecosistémicos, lo que no puede ni debe hacer el mantenimiento posterior, o los pliegos de los concursos, es ordenar podar y quitarnos otro 5% de esa masa foliar, la situación que se crea en la ciudad puede ser respiratoriamente grave. Filomena, de manera natural, ha dañado a los árboles perennifolios. En Madrid el más perjudicado han sido los géneros Pinus y Quercus. Se ha tratado de una borrasca excepcional y como tal debe entenderse que miles de ramas se hayan roto por el peso de la nieve. A las ramas les ha faltado adaptación, es difícil que el árbol genere madera de reacción para soportar un peso si ese peso es repentino y raro. Con 3 nevadas parecidas al año y desde el árbol jovencito, la cosa hubiese sido menos grave, pero no estamos en la Taiga, es Madrid y lo ocurrido con esta tormenta ha sido lo normal.Muchos árboles han perdido el porte y el ayuntamiento debe establecer los criterios técnicos por los que deja o quita ese árbol, aunque dada la terrible poda realizada por Filomena, recomendaría retirar solo los árboles de riesgo y dejar los meramente antiestéticos, porque la pérdida total de masa foliar puede ser enorme.
En el Jardín Tropical de Atochael primer reto fue hacer un jardín en ese lugar tan emblemático que iban a ver millones de personas. El trabajo de diseño y elección de especies, junto con Arturo y Ernesto Fernández, fue muy duro porque teníamos que acoplar un jardín botánico tropical en una estación. El segundo reto fue la dirección de obra, ya que las plantaciones de flora tropical se hicieron en el mes de enero para inaugurar en abril de 1992. Veía llegar a Atocha los camiones con las Roystonea regia, la Palma real cubana, y con una nevada, sin llegar a ser Filomena, claro, e imaginaba las palmeras congeladas y con pudriciones. Pero al final las plantas suelen ser más resilientes y resistentes de lo que citan los datos de los libros. El tercer reto fue el de la paciencia, ver que el pliego de mantenimiento que tanto trabajo costó escribir, no se llevaba a cabo. Uno de los problemas del mantenimiento de palmeras en recintos cerrados es que al ser monocotiledóneas, tienen estomas también en el haz y eso hace que si no se limpian de vez en cuando las frondas, éstas se vayan llenando de polvo y suciedad, algo que las debilita. En la naturaleza la lluvia lava el haz de las palmeras, pero en un recinto cerrado, o se cumple el pliego y se echa agua desde una cesta, o la planta va debilitándose poco a poco.Con respecto al otro proyecto, el del Palmetum del RJB-CSIC, conté con la ayuda inestimable de otro Ingeniero Técnico Agrícola que estudió en Madrid aunque es nacido en Cartagena, Javier Segura, compañero de promoción y director del vivero Palmasur, uno de los mejores especialistas en palmeras de España.El primer reto fue, sin duda, querer establecer un palmeral en una ciudad donde solo se cultivaban de forma habitual dos únicas especies de palmera (Trachycarpus fortunei y Phoenix canariensis). En el RJB-CSIC se dedicó el espacio de la Escuela Botanica.13, íntegramente a la familia ARECACEA. Se han llegado a tener cultivadas hasta 46 especies distintas de palmeras de Europa, Asia, África, América y Oceanía.El segundo reto fue el de diseñar un sistema de riego como se establece en los oasis, por inundación, y la verdad es que el resultado ha sido espectacular. El tercer reto ha sido observar y padecer la actuación de Filomena. Porque lo peor para el RJB-CSIC no ha sido la nieve de Filomena, al fin y al cabo la borrasca ha afectado al 4,8% del arbolado del jardín. Lo peor para nosotros ha sido la helada posterior, ya que siendo un jardín botánico albergamos una colección de 5.600 taxones, muchos provenientes de clima templado.
Y sin duda lo peor de la helada ha recaído sobre el Palmeral. Algunas especies morirán, pero no lo sabremos hasta el mes de mayo o junio. Las palmeras tienen solo una yema en el capitel y aunque la palmera esté helada, que esté muerta no lo sabremos, con seguridad, hasta dentro de unos meses. Otras presentan un aspecto terrible porque se han helado sus frondas, pero con toda seguridad puede ser que la yema siga viva, ya que tarda unos meses en emerger la nueva fronda.
Sin duda este mes destaco los tulipanes, los 18.000 bulbos que hemos plantado en noviembre para que florezcan este mes en un mar de color espectacular que atrae a miles de aficionados.Este año la visita también tiene sus zonas grises porque todavía recogemos ramas de Filomena, estamos restaurando la verja, los fontines y el emparrado, y el aspecto del jardín parece estar en obras pero todo se hace por el beneficio futuro.Ya el año pasado en el confinamiento, al ver que esa belleza de los tulipanes y ese trabajo quedaba sin ser visto, regalamos unas 6.000 flores de tulipán, narciso, peonías, lirios, etc. a los hospitales y residencias de Madrid que lo solicitaron.
Este mes estamos restaurando la rosaleda para darle un brillo especial que será visible el próximo año.La ventaja de trabajar en un jardín histórico es que la prisa no es el elemento que rige el jardín.
Palabra clave
Noticias del consejo
C/ Guzmán el Bueno, 104 - Bajo Madrid 28003 - ESPAÑA Tfno: 91 323 28 28 - 91 315 91 91