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10 oct 2023
Presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (FECOREVA). Colegiado del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC).
Pascual Broch tiene ligada su vida a la tierra y al agua. Es Ingeniero Agrícola, agricultor de tercera generación y, desde 2022, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (FECOREVA).Gran defensor del papel que llevan a cabo las comunidades de regantes, reclama un entente que aúne todas las voces discordantes. Sin esa armonía, el futuro, nos dice, pinta mal.??En esta entrevista nos acercamos a la interesante visión de este compañero sobre el sector agrícola y la ingeniería agrícola. Pascual Broch es colegiado del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC).
La agricultura de regadío aporta paisaje, seguridad alimentaria, desarrollo regional, mejora socioeconómica, ecosistemas diferenciados, mitigación del cambio climático, captura de CO2 y binomio junto a la energía en la transición energética. En resumen, riqueza, vida e identidad.
Nuestro país es hoy la primera nación de Europa y la novena del mundo en superficie de riego, con prácticamente 4 millones de hectáreas, con uno de los regadíos más eficientes y modernizados del mundo. Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es significativo que la agricultura de regadío solo representa el 22,5% de la superficie cultivada en España y genera el 65% de la Producción Final Agraria. Podríamos decir que, económicamente, una hectárea de regadío produce lo mismo que seis de secano.
Evidentemente. Pero está muy claro que la utilización de esa agua no se la queda el agricultor en una caja fuerte para él, si no que la utiliza en la producción de alimentos que, al final, además de darle para subsistir, sirven para dar de comer sin miramientos a toda la población, este de acuerdo con los transvases o no.
Lo veo difícil a mi pesar. La politización, no solo del agua y de su distribución, sino de su concepto básico de gobernanza y utilización, hace que se radicalicen los conceptos y terminemos sin llegar a ningún sitio. Hay que quitarle visceralidad y añadirle conocimientos y racionalidad a este tema.
En un escenario en que hablamos de cambio climático, unos, y otros de condiciones climáticas particulares, la realidad es que el tiempo que tenemos no es el mismo del que disfrutaron nuestros padres. Algo ha cambiado. O nos ponemos todos de acuerdo: científicos, políticos, regantes, intelectuales, ecologistas, negacionistas y un largo etcétera, o dentro de diez años la sequía y la desertización de nuestro terreno la tendremos en la puerta de nuestras casas, y no me gustaría ser catastrofista.
Perderemos la soberanía alimentaria y cultivaremos lo que otros quieran, comeremos lo que ellos quieran y al precio que quieran. Es así de fácil. Eso es un proceso sin retorno del que nos arrepentiremos rápidamente y es posible que nunca podamos revertir.
Actualmente hay más de 7.000 de estas organizaciones por todo el territorio nacional, que tienen el complejo cometido de gobernar y repartir equitativamente todos los recursos hídricos empleados en la agricultura. Siguen siendo el primer eslabón de nuestra cadena agroalimentaria, el alma mater de la actual agricultura.
Supongo que sí. En casa solo se hablaba de agricultura y nunca hemos tenido otras aficiones o visiones de cambiar de vida.
Sí, en este momento me encuentro en el proceso de recuperación de parcelas limítrofes que pertenecían anteriormente a mi familia. El amor a la tierra, al territorio, nos ha matado a la gente de La Plana castellonense que dividió durante generaciones cada parcela familiar entre los hijos, y teniendo ahora en nuestra zona no un minifundio, sino que nos encontramos con un microfundio muy lejano de los estándares de rentabilidad agrícola. En estos momentos intento juntar parcelas vecinas para tener fincas de al menos una hectárea y seguir cultivando clementinas y naranjas en Vila-real, Almassora y Burriana.
Respecto a cultivos he pasado de los cítricos al 100%, a tener que asesorar a fincas de aguacates, granados, kiwis, viña de vinificación, almendros, olivos en intensivo... Se ha incrementado el abanico de cultivos en que los nuevos agricultores invierten. Respecto a las normas de cultivo, cada vez se sigue incidiendo más en reducción de materias activas fitosanitarias y unidades fertilizantes por parte de las comercializadoras de frutas, cosa que acaba afectando al agricultor y al manejo de su explotación.
Entregué y defendí el trabajo final de carrera en febrero de 1988 y el 1 de marzo del mismo año, una vez conocida la nota del mismo, me colegié en el COITAVC. Recuerdo con cariño el reconocimiento del Colegio por mis primeros 25 años de colegiado en mayo de 2013. No entiendo nuestra profesión de servicio al agricultor y ganadero sin algo que nos apoye y haga que crezcamos diariamente en nuestro desarrollo profesional y humano. Además, me influyó seguir los pasos de mis dos grandes maestros en agronomía; Manuel Amorós Castañer y Enrique Font Jericó, que también estaban colegiados.
Representar, reivindicar, defender y formar son las cuatro columnas que le pido al Colegio, y que en la actualidad está realizando perfectamente.
Es el punto de encuentro en el que podemos transferir conocimientos agronómicos entre nosotros mismos y a la vez estar tranquilos en los temas administrativos, jurídicos y legales de nuestra profesión.
Pienso que el Ingeniero Técnico Agrícola, como el anterior Perito Agrícola, está más cerca del agricultor, más pegado a la tierra y a la realidad del campo y de sus agricultores que los Ingenieros Agrónomos. Estamos en tiempos cambiantes y cada vez es más difícil estar al día de todo, pero eso mismo, el conocimiento infinito, es lo que te hace estar alerta y pendiente de todo lo que ocurre alrededor del mundo agrícola. También resultan interesantísimas la bolsas de trabajo del Colegio, las cuales hacen que los nuevos puedan incorporarse al mercado laboral con rapidez y profesionalidad.
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Colegiado del mes
C/ Guzmán el Bueno, 104 - Bajo Madrid 28003 - ESPAÑA Tfno: 91 323 28 28 - 91 315 91 91