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17 dic 2021
Carlos Gutiérrez es un Ingeniero de tierra, mar y aire, porque además de Técnico Agrícola también es oficial de la armada y piloto de aviones, profesiones que ha sabido combinar a la perfección. Lo suyo ha sido exprimir al máximo su título de Ingeniero Agrícola y seguir formándose sin parar para explorar nuevos campos. Habla con pasión de la profesión y de la colegiación, especialmente del sentimiento de colectividad y compañerismo que se da en nuestro sector profesional, “algo que no ocurre con otras profesiones, así que es un privilegio que hay que dar a conocer a las nuevas generaciones”, nos dice.Ha sido colaborador de RTVE en temas ambientales y en numerosas publicaciones, especialmente de pesca, otra de sus grandes aficiones, junto con la avifauna.Hoy os presentamos a este colegiado, miembro del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Castilla-Duero, responsable de la delegación de Burgos y gerente de su propio gabinete de ingeniería rural: Ingenieros D y G.
¿Qué se considera más? ¿Ingeniero Agrícola, oficial de la armada o piloto de aviones?
Yo entré en la armada porque siempre había querido ser piloto militar. Me presenté a las oposiciones de piloto pero suspendí la primera convocatoria y mi padre me dijo que no había más opciones. Con el tiempo me saqué el título privado, luego el de vuelo acrobático, y surgió la oportunidad de entrar como reservista en el ejército. Saqué plaza de oficial y me destinaron a la Base Naval de Rota. Fue un sueño hecho realidad. Mi formación en Ingeniería Agrícola y los másteres en el sector ambiental fueron imprescindibles para acceder a la plaza, ya que pedían formación, y por mi especialización ingresé en el grupo de ambientalistas de la armada. En la actualidad, mi labor profesional la desarrollo como civil en mi gabinete de proyectos, pero tengo un compromiso con la armada y con la UME que me permite ir allí de uno y tres meses al año a prestar mis servicios como técnico ambiental. Entre los temas que hemos trabajado están la preparación de la base militar para la obtención de la ISO 14000, la gestión de residuos, habilitación de prácticas ambientales, elaboración de un mapa del ruido… Le hemos dado una vuelta muy grande a la base, que tenía los problemas endémicos de una base antigua con procesos que necesitaban un cambio dentro del sector ambiental.En la UME trabajo desde hace tres años y la labor es muy similar, certificaciones, gestión de residuos y muchas prácticas dirigidas a combatir grandes incidentes ambientales… Trabajos muy bonitos e interesantes.
¿Usted se imaginaba que el título de Ingeniero Agrícola le iba a abrir puertas a tantos mundos profesionales diferentes?Para nada. Cuando empecé la carrera parecía una cosa muy alejada de lo que luego me he encontrado en mi vida profesional.Quizá el secreto esté en el inconformismo, porque viendo su CV lo que está claro es que parar, parar, no ha parado mucho…No, no he parado. Ni de formarme ni de abrirme a nuevos retos, esto me ha permitido desarrollar mi trabajo como técnico en cuatro áreas bastante diferentes.Por una parte, la redacción de proyectos, actividad que antes me gustaba más porque eran más técnicos, mientras que actualmente se han convertido en una labor prácticamente administrativa y, desde luego, me seduce menos cada vez. También en topografía, donde he trabajado mucho con drones. En este área hay muchísimo trabajo y en la mayoría de los ocasiones lo están desarrollando otras ingenierías que no tienen tanto que ver con el sector como nosotros. Creo que el uso de drones debería ser una asignatura de la profesión porque hay mucho campo de acción y se puede ganar uno la vida muy bien en él.Otra sector que me ha dado muchísimo trabajo y donde más seguro me encuentro ha sido la valoración inmobiliaria. Es un ámbito donde hay pocos técnicos y resulta de gran interés para cantidad de finalidades. Considero que formarse en ello es imprescindible a día de hoy.Y por último, el ámbito medioambiental, al que accedí poco a poco desde el inicio de mi vida laboral y que se ha convertido en esencial, porque es una parte muy importante de nuestro sector, ya que todo, absolutamente todo, está relacionado con el medio ambiente. Al principio pudimos pensar que era una moda, pero ahora es sin duda imprescindible.En cuanto al ámbito medioambiental, ¿podría decirnos qué impactos están dañando más los medios que usted trabaja?
Ahora mismo hay impactos que antes no existían, como los que generan los parques eólicos. La densidad que hay de estos parques está siendo demasiado elevada en algunos lugares y eso resulta peligroso ambientalmente hablando, no porque la energía no sea limpia, sino por sus consecuencias. Se ha comprobado que cada año mueren cientos de aves. Solo donde yo vivo, en Burgos, nos hemos encontrado muertas este año 4 águilas imperiales, por poner un ejemplo de un ave de enorme interés. Con los quirópteros es aún peor, se sienten atraídos por las luces de los rotores y mueren miles. Este tema es realmente preocupante si no se ponen medidas correctoras de manera urgente.Algo que años antes me preocupaba mucho y que actualmente ha mejorado bastante es el uso de los fitosanitarios. En Europa se está haciendo muy buena labor para limitar mucho el impacto que estos productos pueden tener en el medio, especialmente en el medio acuático y han desaparecido muchos productos peligrosos, aunque no hay que relajarse porque aún queda mucho por hacer en esta materia.Otro tema que miro de manera muy crítica es la inseguridad jurídica que hay en torno a cualquier proyecto de infraestructura que deba ser autorizado por la administración, ya que muchas veces los criterios de valoración no son objetivos y dependen de cada técnico, por lo que en ocasiones depende su autorización de percepción del técnico que revisa el proyecto. En ese sentido , a veces nos “pasamos de rosca” a la hora de definir el marco de actuación de un determinado proyecto.¿Cree que la figura del Ingeniero Agrícola tiene suficiente presencia en el sector medioambiental? ¿Qué nos hace imprescindibles en esa área?Es cierto que hay una figura aparentemente más específica en el sector, como pueden ser los Ingenieros Forestales y de Montes, pero entiendo que la relación con el medio ambiente, quien más la sufre es el entorno rural. El mundo rural, como lo entendemos los Ingenieros Agrícolas, está inmerso en el medio ambiente. El agricultor o ganadero que trabaja en el campo o con los animales, sufre y a la vez disfruta el medio ambiente. Estamos íntimamente ligados al ámbito medioambiental y esto nos permitirá explotar nuestros campos de manera conservacionista y respetuosa con el entorno.
Sin ninguna duda, la profesión es imprescindible en materia ambiental, por ello, y como ejemplo, hay que exigir la presencia de los Ingenieros Técnicos Agrícolas en la redacción de normas urbanísticas, que suelen recaer casi siempre sobre arquitectos o aparejadores, profesiones que apenas conocen vagamente lo que es el medio ambiente, y así poco pueden aportar acerca de las condiciones que debe tener un determinado suelo, o de si ha de estar protegido por sus valores ambientales o agrícolas… Que en estas labores no haya un ITA es un atraso. Tenemos que estar sí o sí, y esto es algo que hay que elevar desde los Colegios al Consejo y desde el Consejo a todas las administraciones con competencias en esta materia.Usted no ha parado de formarse y, además, ha sido formador. Según su experiencia, ¿cómo de importante es la formación continua en la carrera de un Ingeniero Agrícola?
La considero imprescindible. Me preocupa muchísimo el sistema de vida que tiene la gente, la comodidad que les lleva a desarrollar determinadas labores muy concretas y que no vuelvan a formarse más allá de lo que hicieron en la carrera… Hoy en día es imprescindible, no solo a nivel de legislación, que cambia constantemente, sino también porque el mundo y nuestro sector evoluciona sin parar. En el sector agrario, o te formas de manera constante o estás perdido. Los colegios tienen un papel fundamental en la formación continua, es necesario que organicen cursos, pero sin duda, ha de haber interés por parte del colegiado en formarse, y esto a veces decepciona un poco. Yo veo cursos muy interesantes a los que se apunta muy poca gente y eso que ahora tenemos la facilidad de hacerlo online.¿Qué papel ha jugado su colegio profesional en su carrera?He estado vinculado siempre al colegio. Creo que es una institución que hay que proteger y ensalzar por todos los medios. El vínculo entre compañeros en nuestra profesión es 'brutal'. Cuando acabé la carrera, lo primero que hice fue ir a mi Colegio Profesional y enseguida conecté con gente, y se generó un sentimiento de compañerismo que te pierdes si no tejes esas conexiones, algo que creo que está pasando con las nuevas generaciones. Por eso considero que es imprescindible que los colegios tengan una comunicación directa con las universidades y las escuelas, para contar de primera mano a los alumnos los beneficios de la colegiación. La nuestra además es muy económica así que el coste no es una barrera de entrada.
¿Cómo explicaría a un recién graduado la importancia de colegiarse?Les diría que la colegiación te da un 'plus' alucinante, el plus del compañero, que te ayuda de forma inmediata, porque cuando eres un recién egresado muchas veces estás algo perdido en los primeros trabajos.También les contaría que su colegio va a ser una pieza clave a lo largo de toda su vida profesional, y que en algún momento les va a unir con otros colegiados de España, profesionales que han estudiado lo que mismo que tú, y a los que puedes recurrir como a un amigo para cualquier cosa. Esto te va a permitir que, ante cualquier necesidad, puedes levantar el teléfono y pedir ayuda a cualquier colegio ITA de España, y enseguida te pondrán en contacto con otros compañeros especialistas en lo que tú no eres, que te ayudarán a dar luz sobre un proyecto en el que estás trabajando y donde tú puedes tener alguna laguna. En nuestra profesión hay un sentimiento de colectividad que no se da en otras, y que es realmente maravilloso.Fotografías:
Foto 1: En San Vicente de la Barquera.
Foto 2: Como Oficial de Medio Ambiente en la Base Naval de Rota (Cádiz).
Foto 3: Como Oficial de Medio Ambiente en la Base Aerea de Torrejón de Ardoz para la UME.
Foto 4: Llevando un joven de águila imperial al CRAS de Burgos, con el ala rota por un aerogenerador.
Foto 5: En un campeonato de acrobacia aérea en León.
Palabra clave
Colegiado del mes
C/ Guzmán el Bueno, 104 - Bajo Madrid 28003 - ESPAÑA Tfno: 91 323 28 28 - 91 315 91 91