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24 abr 2024
Secretaria general de la Asociación Extremeña de Ganaderos del Reino. Colegiada del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Badajoz.
Concha Mateos tuvo una vida profesional antes de ligarse a las cooperativas, pero fue breve. En el sector cooperativista ha estado más de dos décadas y reconoce que en ellas el papel de los Ingenieros Agrícolas es primordial. En la actualidad, es secretaria general de la Asociación Extremeña de Ganaderos del Reino, donde, como ITA, asesora a los socios en ayudas, tramitaciones y las últimas crisis que afectan a la ganadería, la temible EHE. Colegiada desde que terminó la carrera, Concha lleva unos meses en la junta de gobierno de su colegio profesional, el de Badajoz. Con ella charlamos de su visión del sector, de la profesión y de la colegiación.
Son una pieza fundamental en el mundo cooperativista, el nexo de unión entre agricultores y ganaderos. Aportan la parte más técnica, para que el productor traslade al campo una forma de actuar estando dentro de la norma, ya que hay que tener muy en cuenta la legislación vigente. Los técnicos facilitan al productor un asesoramiento necesario para la solución que necesita cada explotación, ya que cada una presenta particularidades muy distintas, y trabajando junto al productor, se busca una mayor rentabilidad con la mejor calidad de sus productos. Los productores y los ingenieros técnicos agrícolas son un tándem complementario.
La experiencia en este sector me ha dado muchísimas satisfacciones, ya que en esa época no era tan común encontrarse con mujeres desarrollando esta labor, y algunos agricultores eran un poco reacios a la hora de tratar con una mujer. En el sector cooperativista, la mayoría de los socios son los mismos a lo largo de los años, lo que conlleva a tener un trato continuo y personalizado, tanto en lo profesional, como en lo personal. Tanto es así, que en la mayoría de los casos llegamos a conocer y a tratar a toda la familia del socio.
Yo creo que ha cambiado, ahora lo normal es encontrase con mujeres en este ámbito laboral y muy bien preparadas.
Es ‘muerte’, pero esperemos que se quede sólo en ‘susto’.La nueva legislación, así como las modificaciones que se suelen publicar siempre en fechas cercanas a la finalización del plazo de presentación de solicitudes, y la excesiva burocracia, nos tiene siempre en vilo.
Quien tiene que cumplir la normativa es el agricultor y el ganadero, y quien sabe los problemas reales que surgen a la hora de trasladar esa normativa a la explotación son ellos. Los responsables de elaborar la legislación vigente deberían conocer ‘a pie de campo’ los problemas y las diversas casuísticas que se pueden encontrar a la hora de llevar las normas al campo.La mejor sugerencia, conocer la realidad antes de aprobar una legislación que a veces es difícil e, incluso me atrevo a decir, imposible de cumplir en algunos casos.
La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) es una enfermedad vírica que afecta a los rumiantes. Nunca había sido detectado en España hasta noviembre de 2022. Actualmente no existen vacunas autorizadas en la UE frente a esta enfermedad. El MAPA ha encargado a varios laboratorios la investigación para obtener dicha vacuna.Esta enfermedad ha afectado a la mayoría de las explotaciones de vacuno, siendo muy difícil la prevención en extensivo (desinsectación frente al vector), ya que el manejo es muy complicado.En el ganado vacuno puede causar desde una clínica moderada, causando o no secuelas, y en algunos casos causar la muerte del animal. Se está observando la baja natalidad de terneros en la mayoría de las explotaciones, pudiendo ser un efecto secundario de haber padecido dicha enfermedad.Esperamos que los laboratorios obtengan una vacuna eficaz lo antes posible.
Otro de los retos que afronta este sector es el control de la tuberculosis en bovino, que se ha instalado en las explotaciones sin que se haya encontrado una solución efectiva. Esto provoca al ganadero un quebradero de cabeza, problemas burocráticos, así como logísticos a la hora de vender los animales que han sido marcados como ‘positivos’, ya que si se venden a un cebadero, estos deben ir en un transporte precintado y entregarlos en un cebadero denominado ‘sucio’, pero a la hora de comprar la carne en un supermercado, no existe diferenciación, están en igualdad de condiciones a la hora de su comercialización.
Creo que la obtención del título conlleva formar parte de un colectivo que vele por los intereses de la profesión a la que nos dedicamos. A mí me parece un nexo de unión entre la Escuela de Ingenierías Agrarias y el mundo laboral. Es la forma más práctica y sencilla de mantener una relación con los compañeros de profesión e intercambiar dudas y conocimientos.
Actualmente formo parte del equipo directivo del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Badajoz. Desde dentro he podido ver todo el trabajo han llevado a cabo hasta la fecha mis compañeros. Es una labor diaria la que se realiza para poder velar por los intereses de los colegiados, aportar información y aclarar dudas que puedan surgir, además de mantener una estrecha relación tanto con la Escuela de Ingenierías Agrarias, como con la administración. No se ve desde la posición de colegiado toda la labor diaria que se realiza dentro del Colegio Oficial.
Pues sigo pensando lo mismo que cuando me colegié, es un peldaño más que hay que subir, como el nexo de unión entre la Escuela de Ingenierías Agrarias y el desarrollo de la profesión en el mundo laboral. Es seguir manteniendo el contacto entre los colegas de profesión que te acercan a los distintos ámbitos que puede abarcar un ingeniero técnico agrícola pero, además, la estructura formada vela por nuestros intereses de una manera oficial.
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