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22 ago 2024
Codirectora de Magalya Ingeniería Agroalimentaria. Colegiada del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Jaén.
Chelo es una Ingeniera Agrícola con el corazón dividido entre dos territorios. Parte la ocupa Jaén, de donde es y donde vive; y la otra parte la ocupa Huelva, donde descubrió, estudió y se enamoró de la Ingeniería Agrícola. En la actualidad codirige con su socio y marido la empresa Magalya, desde la que hacen realidad los sueños de agricultores, ganaderos y empresarios del sector agroalimentario, trabas administrativas mediante.Con ella charlamos del sector, de lo difícil que pone las cosas la administración, de su papel como mujer ingeniera y de la profesión a la que llegó de rebote, pero que volvería a elegir una y otra vez.
El proyecto de Magalya nació en 2018 con mucha ilusión y esfuerzo junto con mi socio, que es Ingeniero Agrónomo. Desde entonces vamos luchando y, a la vez, disfrutando y saboreando el crecimiento y la madurez de nuestra pequeña empresa cada vez más consolidada.
Durante todo este tiempo hemos vivido momentos difíciles, noches sin dormir, madrugones, muchas horas de coche, de estudiar, de oficina, de trabajo de campo y de burocracia con la administración… Pero lo mejor de todo, y es con lo que me quedo, es con la relación con los clientes, que en muchas ocasiones se convierten en grandes amigos. Ver cómo sus ideas y proyectos se hacen realidad, y que tú has formado parte de ese resultado, es muy satisfactorio y nos permite seguir trabajando con ilusión.
Me gustaría destacar también que aunque los técnicos nos encontramos con grandes trabas con la administración y no solo por el papeleo sino por el tiempo que se retrasa el trámite, hay que decir que existen muchos compañeros en la administración que son grandes profesionales, cercanos y amables que facilitan esa tarea.
Aun estando en Jaén, donde predomina el monocultivo del olivar, hemos tenido la capacidad de ampliar mucho el abanico de servicios y trabajar en distintos ámbitos.
Nuestra empresa ofrece una amplia cartera de servicios, desde proyectos de riego, balsas, industrias agroalimentarias de todos los ámbitos, ganaderas y agrarias, valoraciones de fincas rústicas, legalización de industrias, naves agrícolas, seguridad alimentaria, prevención de riesgos laborales, planes de emergencia y prevención contra incendios, etc. Y no solo trabajamos en la provincia de Jaén, sino también en toda Andalucía y otras zonas de España, como País Vasco y Navarra.
Nuestra labor es acompañar al cliente durante todo el camino para el desarrollo de su idea o proyecto, escucharlo, asesorarlo, elaborar los diseños, estudiar las posibles opciones, petición de ayudas y también gestionar y realizar todos los tramites con la administración hasta obtener los permisos necesarios para poder iniciar la actividad de su proyecto.
Además, Magalya cuenta con la colaboración de diferentes profesionales que hace que contemos con un equipo multidisciplinar y así poder ofrecer todos los servicios a nuestros clientes, de ahí viene el nombre de magalya, de “Mata Galián u asociados”.
Como profesional de la Ingeniería y como trabajadora autónoma al principal reto al que nos enfrentamos a diario es con la administración. Creo que nos tienen olvidados y abandonados. Es una lucha continua con la burocracia y cada vez tenemos el acceso más complicado y restringido. Antes podíamos acudir a las administraciones con más facilidad, ahora es casi imposible a base de citas previas, llamadas telefónicas que se hacen eternas hasta que responden, subsanaciones con plazos casi imposibles de cumplir… Y menos mal que existen compañeros en la administración que empatizan y te hacen una llamada o un correo electrónico permitiendo que el trámite se acelere y salga el trabajo adelante.La administración tiene que entender que los técnicos estamos en la calle y que somos los intermediarios entre los empresarios, agricultores y ganaderos que son los que invierten, producen, contratan y cuidan del entorno agrario. Por todo ello, nos deben tener en cuenta, escucharnos y facilitarnos los trámites para poder ejecutar los trabajos de nuestros clientes, a los que a veces se les quitan las ganas de invertir al pensar en esos trámites de años para obtener una autorización por parte de alguna delegación. Afortunadamente, los ingenieros técnicos agrícolas e ingenieros agrónomos somos personas dinámicas y resolutivas.Por otro lado, como trabajadora por cuenta propia, es un acoso el que tenemos con los impuestos y ningún tipo de ayuda.Por lo demás, mi objetivo es seguir trabajando y viviendo de mi profesión en la que me vuelco y a la que dedico toda la ilusión y pasión, de manera que Magalya, proyecto que inicié junto con mi socio y marido, siga madurando y consolidándose.
Este tema siempre es delicado, pero no es muy usual encontrar mujeres en mi profesión al igual que en muchas otras áreas específicas como es la agricultura, la construcción, etc. Yo creo que es un tema de educación social, tengo un hijo pequeño y lo veo a diario en el colegio y en su entorno, los roles se siguen heredando de padres a hijos, pero por suerte va cambiando aunque muy lento para unas cosas y demasiado rápido para otras.Cuando estudié la carrera, y sobre todo en mi especialidad, seríamos un 20% de mujeres. Después, en mi experiencia profesional me he encontrado de todo, pero por lo general ninguna diferencia con mis compañeros.
Aunque los inicios no son fáciles, hay que demostrar quizás más por ser mujer y en ocasiones escuchar algún comentario inapropiado. Pero como siempre digo, ante ciertos comentarios mejor oídos sordos, y nada que no se pueda soportar. Creo que en mi vida cotidiana soporto cosas peores.
Por parte de mis compañeros y clientes nunca me han hecho sentirme diferente, creo que siendo profesional da igual que seas hombre o mujer.
Pero sí animo a más mujeres a formar parte de esta profesión pero a pie de campo, en primera línea, porque si veo a muchas mujeres en mi día a día que están en la agricultura y ganadería pero permanecen detrás, en la sombra.
Desde que termine la carrera no lo dudé ni por un momento y lo primero que hice fue colegiarme. Creo que es fundamental contar con el respaldo de un Colegio y todo el equipo de profesionales que hay detrás, y no solo para nosotros los técnicos que tenemos ese apoyo, sino también para que el cliente tenga la garantía de contratar a un profesional colegiado al que revisan sus trabajos, que cuenta con un seguro de RC, asistencia ante una posible denuncia por mala praxis… El Colegio es, por tanto, una entidad formada por profesionales que avalan la labor y el trabajo del ingeniero.
Si soy sincera, desde pequeña quería ser veterinaria por mi pasión por los animales, pero cuando llego el momento de elegir no pude entrar por nota. En aquel momento no tenía conocimiento de la existencia de esta titulación, investigando un poco de la oferta de titulaciones fue cuando la descubrí y además dentro de las tres especialidades que ofrecía estaba la de ‘explotaciones agropecuarias’, que fue por la que me decidí y fue todo una sorpresa para mí. Es una titulación apasionante con una formación y visión muy amplia de la agricultura y ganadería desde el punto de vista de la producción, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.Estudie en la Universidad de La Rábita, en Huelva, y fue toda una experiencia en mi vida. Pude disfrutar de una provincia magnifica como es Huelva, sus playas, su sierra, su gastronomía, sus costumbres y sobre todo su gente. Hice buenos amigos de allí y de otras ciudades de Andalucía, tengo buenos recuerdos del profesorado, o de casi todos, porque alguno había duro de pelar, y de la Universidad y su entorno.Es una carrera muy dinámica con muchas prácticas y tiene varias especialidades. Ahora ya no sé cómo se oferta con los nuevos planes, pero se la recomendaría a los jóvenes que les guste disfrutar de la naturaleza, aprender y cuidar de ella.Yo personalmente disfruté mucho estudiándola, a pesar de las horas de biblioteca, noches sin dormir, nervios antes de los exámenes y algunas recuperaciones eternas que parecían anteponerse al curso, sobre todo en el primer año. Pero mereció la pena y de hecho terminé la titulación con la calificación de ‘Premio Extraordinario’ por lo que me siento orgullosa de ese esfuerzo, y por supuesto que volvería a estudiar lo mismo, sin ninguna duda.
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Colegiado del mes
C/ Guzmán el Bueno, 104 - Bajo Madrid 28003 - ESPAÑA Tfno: 91 323 28 28 - 91 315 91 91