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8 may 2025
Asesor del Área do Medio Rural, Mar e Mocidade da Deputación de Lugo.
Carlos Alberto Rodríguez Rodríguez, más conocido como Charli, lleva más de dos décadas tejiendo puentes entre universidad, asociaciones, empresa e instituciones. Fue ‘Charli OVICA’ para todo el sector ovino y caprino gallego, y hoy es el alma del programa ‘Da Escola á Granxa’, una iniciativa que acerca el mundo rural a los escolares con un objetivo claro: despertar vocaciones, romper estigmas y dignificar la vida en el campo. Desde su papel como asesor de la Vicepresidencia de la Diputación de Lugo, Charli demuestra que los perfiles técnicos pueden —y deben— aportar una visión conectada al sector, real y transformadora. Él es nuestro Colegiado del Mes de mayo.
Me siento tremendamente afortunado por estos más de 20 años de trayectoria profesional, en los que he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas y de trabajar en la generación de sinergias de colaboración: tanto desde la vertiente académica en mi período como voluntario en ‘Enxeñería Sen Fronteiras Galicia’, como en el ámbito profesional en el sector energético, como desde el asociacionismo y cooperativismo, así como en mi etapa de docencia universitaria posterior en el Campus Terra de la USC y mi actual período de asesor rural desde el terreno del activismo político en la Vicepresidencia de la Diputación de Lugo.
Si tuviera que echar la vista atrás y realizar balance, destacaría probablemente mis responsabilidades como gestor de equipos de trabajo en los campos de actuación, en los que han sido imprescindibles la humildad, la capacidad de escucha y de empatía, la paciencia y la propia coordinación de recursos tanto materiales como humanos. Un ejemplo de ello, lo constituye mi ciclo como ajunto de dirección en una fábrica de piensos en A Fonsagrada, un pequeño pueblo de la montaña de Lugo.
OVICA siempre ocupará un lugar muy especial en mi vida y mis recuerdos. Ya han pasado 7 años, pero aún tengo muy presente esta etapa profesional. Todo el colectivo de ganaderos/as de OVICA son una familia para mí. Guardo grandes amigos/as a lo largo y ancho de las 4 provincias gallegas. OVICA supuso una oportunidad de desarrollo profesional vinculado al sector primario de base y de colaboración para poner en marcha iniciativas de desarrollo rural en el sector ovino y caprino de Galicia. Fue un reto descomunal, de mucho sacrificio personal debido al elevado número de exigencias, pero sin duda el período más gratificante de todos en lo personal. Destacaría fundamentalmente el desarrollo de la marca de garantía colectiva del cordero y cabrito tradicional ‘Pastores de Galicia’ y la concesión en el año 2017, del XVII Premio Aresa de Desarrollo Rural.
Siendo sincero, era muy escéptico cuando acepté el desafío de emprender la aventura de la docencia como profesor asociado en el Departamento de Economía Aplicada de la EPS en el Campus Terra de Lugo, sobre todo en lo tocante a lo que podía llegar a ofrecer al alumnado, compatibilizando con mis funciones como director técnico de OVICA.
Pero considero que fue gratamente satisfactorio en ambos sentidos. El alumnado me aportó una visión y necesidades que desconocía, probablemente por el propio salto generacional. Fuimos capaces de sacar provecho mutuo y alcanzamos el principal objetivo que fijamos, que no era otro que el de servir de correa de transmisión entre la realidad del tejido productivo y asociativo primario y el mundo académico, para las futuras generaciones de ingenieros e ingenieras técnicas agrícolas.
‘Da Escola á Granxa’ es el proyecto más ambicioso en el que he participado hasta la fecha y probablemente el que más satisfacciones personales conlleve en el futuro.
‘Da Escola á Granxa’ es el fruto del trabajo y esfuerzo colectivo de mucha gente, desde el año 2020 en que se comenzó a gestar la idea hasta que germinó en el año 2022, en forma del programa de formación infantil y primaria en el ámbito rural, más ambicioso impulsado y llevado a la práctica en la provincia de Lugo, a través de una red compuesta en la presente anualidad por 45 proyectos de emprendimiento rural, repartidos por toda la geografía provincial y que ofrecen un catálogo de ofertas formativas que pretenden representar el enorme potencial productivo primario de toda la provincia de Lugo, para acercarlo a los adultos del futuro.
Estamos recuperando el orgullo de ser agricultor/a y ganadero/a, rompiendo con auto-estigmas arrastrados por generaciones enteras en torno a los prejuicios sobre la vida en el rural y estamos consolidando un programa formativo que era muy necesario desde hace mucho tiempo en Galicia. Nos llevará tiempo, pero estoy convencido que lograremos cambiar la percepción y valoración por parte de toda la sociedad a respecto del emprendimiento agrario como forma y modelo de vida.
Como colegiado del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Lugo, justo al finalizar mi carrera universitaria, considero que nuestra formación académica nos capacita para disponer de un amplio campo de desarrollo profesional, ya que abarcamos muchos ámbitos transversales de nuestra vida diaria desde un ámbito vinculado al agro (técnico, innovador, docente, normativo o legislador).
Un/a asesor/a debe aportar su experiencia personal y profesional vinculada al mundo real. Muchas veces se traslada a la sociedad la sensación de una desconexión del mundo político con respecto a la realidad del día a día. Debemos ser capaces de identificar las necesidades como sociedad y de propiciar los cambios necesarios para mejorar las condiciones de vida, teniendo como referente el bien común de la sociedad en su conjunto y tratando de ser justos y responsables con nuestras funciones de eficiencia en el gasto y de servicio público.
Durante una estancia en la cámara agraria de Renania del Norte-Westfalia en el año 2017, enmarcada en la fase final de nuestra formación homologada EUFRAS-CECRA, que desembocó en la constitución de la ‘Asociación de Asesores Rurais de Galicia’ en septiembre del año 2021; comprendí la necesidad de establecer foros de debate, de comunicación y de transferencia de conocimientos en el marco de la actuación política e institucional. Es necesario contar con la opinión de todos los agentes implicados en el territorio para que los procesos de desarrollo local sean finalmente exitosos. Los perfiles técnicos son imprescindibles para conseguir estos objetivos en las decisiones relacionadas con el mundo rural. Existe una excesiva burocratización en muchos aspectos de nuestras vidas y la de nuestro tejido productivo. La burocracia es en muchos aspectos una máquina trituradora de tiempo que nos resta capacidad resolutiva y de mejora en los procedimientos.
La colegiación me ha permitido mantener un contacto continuo con el resto de colegas en mi ámbito profesional. Este simple hecho es más que suficiente para disponer de información y lograr una retroalimentación que nos permite avanzar como colectivo y visibiliza nuestro trabajo y su importancia estratégica en aspectos vitales como: la producción de alimentos y la nutrición, la sanidad vegetal, el bienestar animal, la gestión y ordenación territorial, el apoyo al relevo generacional en el sector primario, la adaptación al cambio climático, etc…
Durante mi etapa como profesor, al inicio de cada curso siempre le pedía a mi alumnado que al cubrir la ficha académica me contestaran a dos preguntas: la primera era acerca de los motivos que los llevaron a cursar la Ingeniería Técnica Agrícola y la segunda era qué esperaban de su formación universitaria y qué les gustaría realizar al finalizar sus estudios. Casi nada, algún alumno ya se ‘desmatriculaba’ de esa materia optativa (bromea).
Siempre he sido fervientemente creyente al respecto: todo el alumnado que finaliza su carrera universitaria está capacitado para enfrentarse a los retos profesionales que le deparará la vida. En todas las generaciones pasadas, cuando nos incorporábamos al mercado laboral, carecíamos de muchos conocimientos técnicos y de toda experiencia laboral, pero la formación académica nos va habilitando casi de forma innata para encarar los desafíos futuros, siempre que los afrontemos con ilusión y decisión. La vida no nos regala nada. Tenemos que lucharlo hasta el final.
En el año 2011 tuve la oportunidad de coordinar un proyecto de viabilidad de implantación de energías renovables en Camerún. Fue una experiencia maravillosa, tanto desde el punto personal como profesional. Me sirvió para apreciar y agradecer muchos aspectos de mi vida diaria aquí en Galicia y para entender que la vida es mucho más sencilla. A veces, somos nosotros mismos los que la convertimos en más complicada.
En los pequeños detalles radica la felicidad y la gratificación personal por el desempeño de una profesión que la entiendo desde un enfoque vocacional.
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Colegiado del mes
C/ Guzmán el Bueno, 104 - Bajo Madrid 28003 - ESPAÑA Tfno: 91 323 28 28 - 91 315 91 91