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30 jul 2020
Cada vez que surge una alerta alimentaria se generan dudas sobre la gestión de la industria agroalimentaria, pero lo cierto es que son casos anecdóticos si atendemos al volumen de producción de alimentos que se genera en nuestro país. ¿Hay motivos para alarmarse? ¿Cómo se trabaja para blindar la seguridad alimentaria? ¿Qué procesos y profesionales son los responsables de su control? Este artículo aporta luz sobre estos aspectos.
Los estándares sanitarios de los alimentos producidos y transformados en nuestro país son muy altos, a pesar de algunos brotes de Leisteriosis y de otros patógenos de menor relevancia.
Nuestro país tiene estrictos protocolos que comienzan con la identificación de peligros, su caracterización, la determinación del grado de exposición, la caracterización del riesgo y la respuesta al riesgo.
AESAN (Agencia española de seguridad alimentaria y nutrición), RASFF (Red de alerta de alimentos y piensos de la U.E.), INFOSAN (Red de Alerta de la OMS y la FAO) y el SCIRI (Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información), velan por la calidad sanitaria de los alimentos. El principal objetivo del sistema es garantizar a los consumidores que los productos que llegan a los mercados son seguros y no presentan riesgos para su salud. Por supuesto, los Ingenieros Agrícolas también contribuimos en el ámbito de la seguridad alimentaria, asesorando a los productores con el objetivo de obtener las mejores producciones, tanto en cantidad como en calidad (gustativa, sanitaria y ambiental).
El riesgo cero no existe. Las administraciones estatal y autonómica han creado normativa con sistemas de control rigurosos, y las empresas productoras y transformadoras de alimentos han implementado protocolos muy exigentes de control de los procesos, en muchos casos, con sistemas de certificación para evitar cualquier accidente.
Si tenemos en cuenta el volumen de alimentos que se producen o transforman en España, y hacemos un análisis de los casos de alertas o alarmas alimentarias, podremos darnos cuenta de que suponen un porcentaje muy bajo. Así, en nuestro país, se producen aproximadamente 37,5 millones de toneladas de pienso para animales, 23 M. de t. de cereal, 28 M. de t. de frutas y hortalizas, 7 M. de t. de carne, 8 M. de t. de leche y 2 M. de t. de pescado y derivados, además de otros muchos productos como vinos, aceites, quesos, zumos, licores, especias, etc. Como puede observarse, un volumen muy elevado de alimentos y bebidas.
Téngase en cuenta que somos el primer país del mundo exportador de alimentos frescos. Además, exportamos productos transformados tanto de origen animal como de origen vegetal. La capacidad exportadora de nuestro país es innegable, y ello se produce por una elevada competitivad de nuestras producciones y unos estándares de calidad muy exigentes.
El número de comunicación de alertas por AESAN en 2018, fue de 250. De ellas, 108 en productos de origen animal, 89 de origen vegetal, 44 de otros y 10 de materiales en contacto con alimentos. De forma estimativa podemos decir, que se produce una notificación de alerta por cada 109 kg de producción.
En cuanto a las alertas por alérgenos, la presencia de productos no declarados en las etiquetas, fue lo más notable, destacando: el gluten, la proteína de soja, leche, mostaza, sulfitos, avellana, anacardos y huevo.
Predominan los riesgos biológicos, sobre todo en productos de origen animal, destacando Salmonella, Listeria y E. Coli. Le siguen los riesgos químicos, con mayor presencia en alimentos de origen vegetal, destacando las micotoxinas, y en alimentos de origen animal, fundamentalmente pescados, con mercurio como principal elemento. También los riesgos físicos tienen mayor presencia en vegetales.
De los productos importados con comunicación de alerta, el 80% provenían de la U.E. y el 20% de países terceros. En cuanto al número de comunicaciones de alerta, en la U.E. destaca Alemania con 422, Italia con 398, Reino Unido con 355, Francia con 268 y España con 250.
Por otra parte, tampoco podemos olvidar que muchos de los problemas de contaminación biológica de los alimentos, se producen en los domicilios por una deficiente conservación, incluida la ruptura de la cadena de frío de los alimentos congelados.
Sin duda, el esfuerzo de todos ha de contribuir a que el número de episodios de alerta sea cada vez menor, sin olvidar que, en España, agricultores, ganaderos, transformadores, transportistas distribuidores, comerciantes y administración, velan porque la calidad sanitaria de nuestros alimentos tenga unos elevados estándares de seguridad.
En el Consejo de Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España hemos mantenido siempre una especial preocupación por la formación de nuestros colegiados en materia de calidad y seguridad alimentaria, ya que un conocimiento de los procesos de producción y de los protocolos para reducir a la mínima expresión cualquier riesgo, es fundamental para nuestros profesionales, que trabajan en la proyección de instalaciones, asesoramiento de la producción en campo, y control de procesos en la industria agroalimentaria.
¡Salud! Y buen disfrute de nuestros magníficos alimentos.
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Artículos Técnicos
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