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19 jun 2020
Cada cierto tiempo surge la controversia: ingeniería de ciclo largo (actualmente máster), ingeniería técnica (grado). Y suele coincidir con la época previa a las matriculaciones en la universidad. Por ello, convendría hacer algunas consideraciones, con relación a las cuatro patas que sustentan esta silla.
Esta cuestión incumbe a la universidad, a la profesión, a la sociedad (usuarios y empresas contratantes) y a la administración.
En España nos dotamos del modelo universitario del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). A partir de ahí, surgieron los grados que otorgan competencias a los egresados para ejercer su profesión: psicólogos, economistas, biólogos, geólogos, logopedas, etc.; y los másteres, cuyo objetivo es la especialización.
Sin embargo, en el ámbito de las ingenierías reguladas no está siendo así. Contraviniendo el Real Decreto 1393, los grados surgieron bajo unas órdenes CIN, con itinerarios específicos, y los másteres con atribuciones plenas equivalentes a la ingeniería de ciclo largo. La universidad, en su afán de buscar alumnos para los másteres, creó los grados blancos y ahora pretende crear el máster integral para aumentar sus ingresos. Algo que aunque pueda ser legítimo, en base a la autonomía universitaria, no es acorde con el EEES, y además en muchos casos se hace creando confusión entre los estudiantes.
Es evidente, que cuanto más se quiera formar un alumno, mejor; de hecho tendrá que estar haciendo formación continua a lo largo de su vida, y más aún si quiere obtener el DPC o similar (Certificado de desarrollo profesional continuo). Pero también lo es, que si un estudiante acaba el grado y se quiere incorporar al mercado laboral, lo puede hacer con plenas capacidades y competencias y dentro del ámbito de las atribuciones de su ingeniería. Por lo tanto, un Graduado en ingeniería es un INGENIERO, aunque algunos lo nieguen.
Conviene, además, no olvidar que hay una gran demanda de profesionales de la ingeniería. En el sector de la agricultura, ganadería e industria agroalimentaria, aproximadamente 2,5 ofertas de trabajo por cada egresado.
Otra cuestión muy relevante es lo que las empresas y la sociedad esperan de los ingenieros. El mundo empresarial, en la mayoría de los casos, no establece diferenciación entre Máster y Grado en sus perfiles de demanda. De hecho, numerosas ofertas salen indistintamente para máster y grado. Y la sociedad tampoco suele distinguir entre unos y otros a la hora de solicitar sus servicios. Cualquier ciudadano cuando necesita los servicios de un ingeniero, lo que busca es que sea competente y eficaz, sin preocuparse de qué título cuelga en su despacho.
Y finalmente queda la administración. ¿Habría que preguntarle por qué los graduados en ingeniería son niveles A2, mientras los demás grados son nivel A1? Es cuando menos, discriminatorio, que para un mismo nivel académico (240 créditos ECTS), los egresados estén en dos grupos distintos, en función del título cursado.
Ilustracion: https://iconos8.es
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