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4 mar 2021
Ignacio Almudévar es, por encima de todo, peleón.
Lo saben bien en su empresa, Agropal, que no ha parado de crecer y diversificarse desde que la creó en 1992. Lo saben en la Federación de Polígonos Industriales de Huesca, que preside y desde donde defiende el presente y futuro de sus miembros. Y desde 2020, también son muy conscientes en el Hospital San Jorge de Huesca, donde pasó 50 días ingresados, 35 de ellos en la UCI, haciendo frente a la Covid-19.
Hoy charlamos con este Ingeniero Agrícola, agricultor y empresario, de dos de sus pasiones, la ganadería y la agricultura.
Desde los 10 años he realizado labores agrícolas y ganaderas en la explotación familiar. He acompañado a mi padre en su profesión como veterinario y he sentido desde muy pequeño una enorme atracción por el sector, del que he ido descubriendo lo complejo que puede llegar a ser producir alimentos en un entorno tan cambiante, principalmente en la última década y en nuestra comunidad.En Aragón, debido a las concentraciones parcelarias, agricultura de conservación y de precisión y la modernización de regadío, se han optimizado los tiempos de trabajo, y el agricultor ha complementado su actividad agrícola con la ganadera.La expansión del sector porcino comenzó en torno al 2011, como alternativa a una agricultura cada vez menos rentable. De hecho, el 10% de las 4.000 explotaciones porcinas aragonesas han comenzado a funcionar en los últimos diez años.Para mí el agricultor y ganadero es una única figura. Una pieza fundamental no solo para la producción de alimentos, sino para vertebrar el territorio y facilitar que se asiente población en el medio rural, tan necesitado de habitantes y puestos de trabajo.En el año 1992, había en España una importante crisis, yo tenía 28 años y contaba experiencia como técnico en una empresa del sector. Las crisis, también son momento de oportunidades.La pasión, más un ADN emprendedor, me llevó a tomar la decisión de empezar una andadura empresarial, que después de casi 30 años de trayectoria sigue con la misma fuerza e ilusión del primer día. Comencé con el asesoramiento a clientes y distribución de productos de nutrición animal a nivel local desde un establecimiento compartido en la Calle La Minería del Polígono La Magantina de Huesca. Fueron momentos complicados. Yo tenía claro el horizonte, aunque lejano. Ahora, 29 años después, me doy cuenta de que la trayectoria ha sido la correcta, si bien es verdad que, como todas las empresas, hemos tenido fracasos. Pero nos hemos levantado y hemos rectificado el camino.
Nuestra visión, se aúna con la visión global de sector: el alimentar de manera sostenible a 9.000 millones de personas, que se estima que serán las que habiten el mundo en 2050. Para ello, desde su creación, Agropal da servicio integral al productor de alimentos, y trabajamos para que sus explotaciones destaquen por su innovación, producción y sostenibilidad.Este año, hemos sido seleccionados como empresa Cepyme 500, que nos engloba en las 500 mejores empresas de España.Todo esto no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestros clientes, proveedores y cómo no, de nuestro equipo humano que en un momento u otro ha trabajado con nosotros.
En los últimos años, Aragón ha ido avanzando a paso firme y ha aumentado el número de la cabaña de cerdos y las granjas ubicadas en la comunidad.Basta con señalar que en la comunidad viven casi ocho veces más cerdos de cebo que habitantes para darse cuenta de la expansión que está experimentando la industria en la actualidad. Con casi 500.000 cerdas reproductoras, que producen 15.000.000 lechones al año, y unos 5,5 millones de plazas de cerdos de cebo, Aragón se posiciona como la segunda comunidad en número de plazas de porcino tras CataluñaEl sector de la carne es la 4ª industria de España, por detrás de las fábricas de coches, la energía y el petróleo. Genera más de 300.000 puestos de empleos directos y alrededor de un millón indirectos, contribuyendo muchos de ellos a fijar población en el medio rural. Parte de la estabilidad que vive esta industria viene dada por el sistema de integración que opera en el 80% de las explotaciones. Esto significa que está controlada por grandes empresas integradoras que son los propietarios de los animales, y han pasado a ser pilar fundamental en el sector. Esta estructura se instaló para contrarrestar el esfuerzo inversor que tienen que abordar los ganaderos para poner en marcha una explotación. Y es que, desde hace 20 años, las exigencias normativas en relación a bienestar animal, son cada vez más importantes.En el 2001 se aprobó la Directiva Europea, que fue traspuesta a la normativa nacional al año siguiente. Desde el 2003 fue de obligado cumplimiento para aquellas instalaciones nuevas, y a partir del 2013 para todas las explotaciones.El sector porcino español está afrontando con éxito los diferentes retos que se le están presentando desde que entró en vigor la normativa.Se exige un sistema, cada vez más respetuoso con los animales, con diseños a medida, como el que se puede ver en esta imagen.
Un cuidado medioambiental, que está suponiendo importantes inversiones en las granjas, consiguiendo en los últimos años un 22% de reducción en la emisión de gases de efecto invernadero, y una reducción del 30% del agua necesaria para la producción de un kg. de carne.Por otro lado, se ha implementado recientemente una nueva normativa de manejo y uso de los purines para la reducción de gases a la atmósfera. Además supone una gestión eficiente ya que se aplican con sistema más eficientes y racionales.A todo esto, se suma un sistema de trazabilidad de la granja a la mesa, que es estandarte a nivel mundial, y que asegura que cualquier producto cárnico que llega al consumidor lo hace con garantías sanitarias de primer nivel. Todas las empresas relacionadas llevamos un control sanitario de trazabilidad que garantiza que la cadena alimentaria es segura.
A modo de anécdota, desde Agropal, hemos diseñado juguetes para mejorar el entretenimiento de los animales.
Agropal tiene clientes en 10 países, y en 1140 localidades repartidas por todas las provincias españolas. El 80%, son del sector porcino.
Los clientes “integradoras y fábricas de pienso”, que operan en Aragón, Lérida y Navarra, se consideran socios clave y un segmento estratégico. Estas empresas incorporan sistemas productivos y tendencias tecnológicas, por lo que hay que ir de la mano para un mejor asesoramiento a los ganaderos.
Además, también tenemos clientes del sector agrícola, avícola, vacuno, ovino, comerciales, servicios y veterinarios.
El sector del porcino español, trabaja para mantenerse entre las grandes potencias del comercio exterior. La exportación ha crecido desde 2015 un 42%, motivado fundamentalmente por el buen trabajo de las empresas integradoras. Las garantías de calidad y seguridad que aporta el sector porcino español, han sido clave para ganarse la confianza del mercado exterior.Se están realizando inversiones importantes que exigen aparte de un alto grado de concienciación desde ganaderos a veterinarios, una sólida formación en esta materia de todos los profesionales implicados. Quizá esta sea la gran debilidad que tenemos que transformar en oportunidad. Necesitamos jóvenes formados que vayan relevando las generaciones que han luchado en el sector, sin formación y adaptándose a los cambios tecnológicos tan agigantados.
A los productores nos espera un buen futuro siempre que nos comprometamos con los cambios en la buena dirección que se han puesto en marcha en los últimos años. Producir más y de manera sostenible.
Ya hace 20 años que Agropal se unió con otras organizaciones para minimizar el uso de antibióticos en la producción ganadera. Esta tendencia seguirá creciendo día a día con mayor intensidad, ya que hay muchas líneas de investigación abiertas. A esto se une el desembarco de la tecnología y el ‘big data’, con numerosas aplicaciones en el sector. El objetivo es cubrir las expectativas de la sociedad.De esta manera, contribuimos activamente a la promoción de la agricultura sostenible (Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU).
Está claro que para alcanzar la sostenibilidad a largo plazo, un elemento crucial, es la bioseguridad. Es un aspecto clave en todas las explotaciones ganaderas. Hay que controlar desde el semen y pienso que se compra hasta el manejo de los animales. Todo es importante, y su descontrol puede ser causa de graves pérdidas productivas. No obstante, internamente hay aspectos fundamentales como el agua y las plagas que son vectores a controlar para no propagar enfermedades. Sin embargo, no hay un marco legal que lo contemple.Nuestra empresa trabaja por la bioseguridad. Es importante que los productores, vean la necesidad de este control para hacer sus explotaciones más eficientes. De allí el alto grado de concienciación que exige el sector.
En 2014, se empezaron a hacer pinitos de la mano de nuestro partner Olmix. Ya se trabajaba desde el año 2007, con productos de la misma base científica en las áreas de nutrición y salud animal: bioestimulantes en base a algas marinas (química verde) para la reducción de productos químicos.En 2016, se impulsó la actividad con un departamento estructurado. Desde entonces, asesoramos y comercializamos este tipo de productos, como alternativa a la utilización de pesticidas y fungicidas en los cultivos.Poco a poco nuestros clientes están cambiando las técnicas de producción. En 2019, hemos conseguido que la ‘química verde’, alcance el 35% de nuestras ventas en el área de nutrición y salud.
El año 2019 me trajo el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. Esto ya fue un seísmo emocional importante para una persona tan activa como yo. Mi familia me aconsejo no tomar ninguna decisión precipitada y así lo hice. La decisión ha sido acertada. Esto ya me hizo replantear muchas cuestiones en mi vida.Pero el 2020 justo al principio de la pandemia en el mes de marzo me trajo la Covid-19. He sido un afortunado, más de 70.000 personas han fallecido en España y otras lo hemos pasado muy mal. He tenido la oportunidad de volver a nacer y experimentar esa sensación. Nadie en el mundo se acuerda de su nacimiento. En este viaje he conocido el infierno del cual ya no quiero acordarme. Lo mejor ha sido conocer un cielo lleno de grandes profesionales de la salud y mejores personas. El apoyo, cariño y afecto de la familia, amigos y toda la sociedad ha sido la mejor medicina.
A nivel profesional sigo al frente de todo con la ayuda de las personas que me rodean, no me da ningún reparo pedir ayuda cuando la necesito. En lo personal he de confesar que hay altibajos, pero a lo largo de mi vida me he preparado para cuando llegaran momentos de dificultades, y esto me ha servido mucho.
El colegio es el que ordena nuestra profesión y el que nos representa y defiende. Nuestro trabajo tiene una repercusión directa en la sociedad y somos fundamentales en la protección de la salud y el medio ambiente.
Espero que algún día sea obligado por ley si no lo hacemos por iniciativa propia.El año 2017 el Colegio de Aragón me distinguió con la insignia de honor. Os puedo decir que no hay mejor reconocimiento que el que te hacen tus compañeros de profesión. Espero lucir esta distinción muchos años y seguir trabajando en esta profesión por un mundo mejor. Muchas Gracias compañeros.
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